Más allá de
ser terapeuta
Siempre me ha inspirado entender la experiencia del ser humano: observar los ciclos y procesos de aprendizaje, cómo creamos nuevas maneras de habitar el mundo.
Viajar es una de mis pasiones: Moverme por distintos territorios y permitir que me atraviesen abre mi comprensión de la vida y de las personas. Cada cultura, cada encuentro y cada camino me han mostrado aspectos de lo humano que no se aprenden en los libros. Hay viajes interiores igual de valiosos; experiencias que me confrontan, me revelan y me orientan.
Encuentro una guía a través de la naturaleza, que a modo de metáfora, me espeja para comprender lo que también ocurre dentro de mí. Hay un refugio en lo simple: el silencio, el verde, el sol, el mar. Una puesta de sol es para mí un recordatorio de infinitud y belleza, de que lo inmenso habita en lo sencillo.
Disfruto de lo cotidiano: comer rico, conversar profundo, leer un buen libro, bailar con ganas, aprender nuevas cosas, hacer manualidades, meditar o estar con mi gente. Le dan sentido, cuidado y conciencia a mi día a día.
Todo aquello que me nutre en lo personal también toma forma en mi manera de acompañar.
